miércoles, 15 de octubre de 2008

Almacén “La Victoria”

(“Boliche de Castro”) de Don Eduardo Castro.
-
Este viejo almacén de nuestra localidad, llamado así en homenaje a la obtenida por las fuerzas Sanmartinianas en la batalla de Maipú, fue un tradicional lugar de encuentro de parroquianos y un gran abastecedor de mercaderías para la campaña cuando el antiguo trazado de la vieja ruta, Buenos Aires - Mar del Plata era de tierra y pasaba junto a él.
-
Ubicado en la hoy planta urbana de Maipú, Provincia de Buenos Aires fue el centro de gran actividad cuando por él pasaban los trabajadores del antiguo Matadero Municipal, ubicado a pocas cuadras y los de la ya desaparecida Vialidad Nacional instalada en sus inmediaciones.
-
En su parte interior conserva aún hoy la misma fisonomía de cualquier almacén tradicional, solo un detalle sobresale, su dueño sostenía que el mostrador debía ser lo suficientemente ancho como para poder esquivar cualquier intento de arrebato de algún parroquiano armada con cuchillo.
-
Este mismo supo ganarse la confianza de toda la población y es así que en sus momentos de esplendor este viejo almacén supo atender cerca de trescientas “libretas” (se denominaban así a las cuentas corrientes, las que eran llevadas en una libreta que el almacenero entregaba al cliente para su control), además tenía servicio de reparto a domicilio el que se hacía mediante una “jardinera” (carruaje tirado por un caballo y de un solo eje, parecido al tradicional sulky, pero más tosco).
-
También en sus épocas de mayor auge se realizaron allí populares carreras cuadreras y de sortija matizadas con el tradicional juego de bochas para el cual poseía una cancha, cuando anochecía era la hora del popular truco el que se extendía muchas veces hasta altas horas de la madrugada.
-
Con el correr de los años y el advenimiento del progreso este viejo boliche fue perdiendo actualidad hasta que fue tomado por un grupo de amigos que allí formaron una peña donde se reunían a cenar, componer canciones y cantar, uno de sus componentes fue el Sr. Juan Carlos Callejas, un gran poeta Maipuense, ya desaparecido que nos dejó varios trabajos de poesía urbana, una de las cuales se titula “A un Viejo Boliche de mi pueblo”.
-
Hoy carente de actividad, el progreso lo ha sobrepasado, pero se resiste y aún continúa dando batalla queriendo conservar entre sus paredes aquellos gloriosos años de esplendor para entregarlo a las nuevas generaciones de Maipuenses, para que estos puedan tener testimonio de su historia y sus raíces.
-
Fuente: Juan R Naddeo – Maipú (Bs.As) Octubre de 2008-10-15
ladobled@gmail.com

lunes, 13 de octubre de 2008

A un Boliche de mi pueblo

Viejo boliche de pueblo
que tanta historia tenés
de gente que frecuentaron
a tus paredes raídas
y un misterio de sus vidas
que no podremos saber.
-
Tienen tus grandes fachadas,
ya gastadas por el viento
muestra de tus grandes momentos
que los años te acompañan
quién sabe cuantas hazañas
se comparan a tu suelo.
-
Tu mostrador muy gastado
y también tu estantería.
La vereda de ladrillos
con su viejo ventanal
fueron motivos traviesos
que me hicieron inspirar.
-
Te dejo viejo boliche
yo siempre quise evocar
vieja esquina de la vida
que muy cerca pasa el tren.
Llorarán muchas guitarras
el día que ya no estés.
-
Fuente: Juan Carlos Callejas - Maipú - 1968

domingo, 12 de octubre de 2008

Pulpería Mira Mar

Pulpería La Blanqueada

La Blanqueada es el local de una auténtica pulpería restaurada de más de 150 años de vida. Además, tiene su historia propia: Ricardo Güiraldes usa el lugar en un pasaje de ficción en su "Don Segundo Sombra". Hace que en su interior se desarrolle el primer encuentro de Don Segundo con Fabio.
-
Una reja separa el interior del patio. A través de ella, y como prevención, el pulpero servía a los forasteros desconocidos, los parroquianos conocidos tenían acceso al interior y allí se les servía y se les daba lugar para jugar a los naipes y conversar. En el interior, interpretado por medio de muñecos de cera, un grupo de gauchos juega a los naipes ante la mirada del pulpero. Estos llevan botas de potro y chiripá y en la cabeza lucen un pañuelo colorado, típico de los paisanos en el período Rosista. Todo recrea el ambiente, la reja, el mostrador, el botellerío, los muebles.
-
En el año 1999, la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos de la Secretaría de Cultura de la Nación declaró a la Pulpería "La Blanqueada" como Monumento Histórico Nacional junto a: El Parque Criollo Ricardo Güiraldes y Museo Gauchesco de la Provincia de Buenos Aires, El Puente Viejo, la Iglesia Parroquial de San Antonio de Padua, la casa de la Intendencia Municipal y el casco de la Estancia “La Porteña”.
-